Agosto garabatea silencios, emociones y afectos, ente renglones de sol. Me remango los labios y estaré preparado para que, al doblar la esquina, podamos dar besos en lugar de codazos y pataditas. Entonces volverán los recuerdos con su luz y su mirada, y responderé a tus preguntas con palabras sinceras y exactas. Descorreré las cortinas del miedo y colgaré de tu frente limpia, besos de canela y esperanza, con flores y un arco iris.

Mientras, los emigrantes siguen llegando, barruntando la infancia, en el color de pan de los rastrojos; vienen con su risa limpia, pisando la luz, parpadeando preguntas sin respuestas en la generosidad de sus manos, intentando hilvanar las tardes con el horizonte de este verano de incertidumbre.

Queriendo descubrir en las lindes del camino alguna tórtola detrás de una retama, de algún jaramago o de alguna adelfa junto al río, soñando con un tiempo feliz que se les escapó de las manos. Y mirarán la belleza, de las golondrinas, los vencejos sobrevolando el cielo del paseo de la plaza. Una estampa inigualable, que amenaza con despedirse para siempre de nuestros pueblos inmaculadamente blancos.

Hace tan solo unas semanas esta ciudad se engalanó con los colores blanquinegros, empujados por una afición admirable, de miles de seguidores anónimos, y otros que se hicieron notar animando hasta la extenuación, como Javier Paule o Luis Miguel Elías Fermoselle. Soñaron con ascender a Segunda División, y pelearon como héroes hasta el final. ¡Casi lo consiguen! Pero es de justicia destacar la labor de Joaquín Parra, un mecenas del siglo XXI que apuesta fuerte por esta ciudad de frontera, olvidada por casi todos. Esto es entrega, compromiso y poesía. Adelante. El próximo año se cumplirá el sueño. ¡Aúpa Badajoz!

Temblamos día sí y otro también ante tanto desatino y ante tantas conflictivas circunstancias. Las televisiones a lo suyo, (que para eso reciben generosas subvenciones) continuamente Abu-Dabi, con el rey emérito, más allá de cacerías, comisiones (que cobraron hasta muchos alcaldes y concejales de festejos) o amoríos con Corina, que dicen algunos que es la verdadera culpable. No se debiera olvidar, dicen otros, la transición modélica, democracia más avanzada y Constitución hecha por consenso.

Y mientras miramos la televisión nos despistan. El camalote sigue asfixiando a nuestro río y nadie mueve un dedo para dar una solución inmediata. Hay que movilizarse ya; la voz de los caminos y de nuestro Guadiana nos llama. Y seguimos sin tren digno, sin autovía Cáceres-Badajoz, y siendo los últimos del furgón de cola, como siempre.

Ya no hay ni siestas, solo amagos verbales. Las nuevas tecnologías nos inundan, nos abrazan, para invadir esta memoria colectiva sentimental y afectiva. Un paraíso perdido, otra mirada. Nostalgia adormecida repleta de autenticidad.

Sea prudente joven. No me sea relamido, póngase la mascarilla, que en este amaneciente paraíso de los justos, la voz de los caminos nos llama.

– ¡Llena otra vez, Josué, que nos vamos!