El mes de julio llegó con presteza apestajicosa, con su sombra y su resombra, a trompicones. Y así sigue.
Finalizaron las rutas literarias, encuentros en la ciudad poética. Actividades que se reciben con júbilo, con desatada alegría, y además en un lugar mágico como es el patio de las casas mudéjares, desde donde se vislumbran las mejores puestas de sol en muchas leguas a la redonda.
El sábado 3 intervinieron Josué Rodríguez y Daniel Casado, a la poesía; y a la música el violonchelo del jovencísimo Miguel Casado. Un servidor tuvo el honor de ser el maestro de ceremonias.
Felicidades a la Concejalía de Turismo. Cuando toca decirlo, se dice, y punto. Ojala vuelvan pronto, para soñar el viaje, la ruta por las calles de nuestra ciudad, sentir la nostalgia de otro tiempo, descubrir estampas insólitas, secretos desconocidos del paisaje humano de sus rincones soñados. Plaza Alta, San Francisco, parque de Castelar, Puerta de Palmas…
Se inauguró en la sala Arte Joven, de la calle San Isidro, la exposición colectiva de verano 2021, de escultura, pintura y fotografía. Estará hasta el 31 de agosto. Felicidades a todos lo expositores que son muchos y muy buenos, y a su gerente Miguel Ángel Gartzia, por apostar por la cultura y por gente de aquí.
Sus señorías siguen con su alborotado jimpleo y sus jaterías, con su parloteo y su atrevida lumbre. Que cuando hablan, aparte de subir el pan, la luz o el butano, mire usted, tenemos que beber a pulso, o a garlo, como dicen en mi pueblo. Nos arrebatan los sentidos con su fragancia, con su verborrea irrepetible y mentirosa, sufriendo que el tren digno no acaba de llegar, ni la autovía, ni el corredor del Atlántico, ni tantas promesas incumplidas.
El dinero para los de las barretinas, los indultados (para no vivir en la desesperanza) que no se arrepienten y además piensan volver a las andadas. Ya saben, España nos roba, decían, y miren los Pujol con la herencia, y siguen sin que sepamos nada de ellos. ¡Pero hicieron aquella campaña: Apadrina un niño extremeño! ¿Recuerdan? Nos llaman vagos a los andaluces y extremeños, que estamos siempre en el bar, nos odian. Y nosotros, devolviéndoles arrumacos y besos con lengua.
Seguimos aquí, sentados en los brazos del tiempo. Seguiremos con nuestro andar aplicado y eficaz, mirando el tendido, intentando escabullirnos de algo que no nos gusta y que nos hace torcer el gesto. Siempre fuimos despachados con una mentira nueva, la rutina o la desgana de los días. Miradas oblicuas. Silencios agrios.
Se nos fue Tico Medina, maestro de periodistas, entrevistador excepcional, mas de 30.000 entrevistas; escritor con una fina y popular prosa de periodista antiguo, incomparable con lo de hoy. Medalla de Andalucía, Granada y Mérito en el trabajo.
También nos dejó la italiana Rafaella Carra, que en los 70 y 80 nos hizo bailar al son de aquellas músicas diabólicas y pegadizas: ‘Rumore’, ‘Fiesta’, ‘Para hacer bien el amor hay que venir al sur’… ¡Éramos tan jóvenes!
Y por aquí despedimos a José María Rodríguez Guzmán, un hombre bueno, coherente, que ponía compromiso y pasión en todo lo que hacía, y que fuera director de la Universidad Popular de Badajoz (1983) y director de gestión de Aupex. ¡Lágrimas de colores!
Mírame a los ojos, sin prisa, en este amaneciente paraíso de los justos.
– ¡Llena otra vez, Josué, que nos vamos!
