Agosto nos sigue llamando con sus desacordes y sus afilados silbidos. Sigue garabateando silencios y con sus requiebros nos ahorramos las avemarías. En estos días de incertidumbre y pronóstico reservado, lamidos por la costumbre, parece como si volviera la infancia, como si alguien pulsara las cuerdas de la guitarra de aquella inocencia que se nos fue.
Seguimos apuntando nombres en la libreta de las ausencias, con este lápiz de sol y de ternura. Aquella mañana ancha y ajena, recibimos la triste y fatal noticia que nos daba Pedro Felipe: Wenceslao Zahínos, con quien tanto quisimos, se había marchado a dibujar alegrías con Dios en la fragua del te quiero. Fue un empresario ejemplar, un hombre bueno, un electricista que por su carácter y su honradez era querido por todos.
Desde su infancia vivió en la barriada de San Roque, donde era muy popular por su forma de ser y su carácter afable. Honrado, cabal y generoso, esta vez su corazón no aguantó la embestida y nos dejó huérfanos de su risa, de su cercanía de padre con voz de lumbre. Palabras de apoyo y de consuelo para su mujer Isabel, y sus hijos Laura y Juan Manuel (y Raquel, en el ayer de la esperanza y de los suspiros).
En el programa de Canal Extremadura ‘Entre palos y quejíos’, que presenta su hija Laura, se ha podido escuchar el soneto que dediqué a su memoria, ‘Tu voz de hombre bueno’.
Grande debería ser la trifulca que habría que organizar, con la que nos están montando, pagamos el recibo de la luz más cara de la historia (las lavadoras y demás maquinaria del hogar, a las 4 de la mañana); y la gasolina, 15 euros más caro llenar el depósito que el año pasado. Las perras, los dineros, para otras comunidades, País Vasco y Cataluña, un poner (para la ampliación del Prat). Nos saldrán caros los indultos.
El catalán, bueno para coger, malo para soltar
Nosotros seguimos suspenso en comunicaciones, como hace 40 años o peor, sin tren digno, sin autovía Cáceres-Badajoz, sin corredor Mediterráneo… ¿para cuándo una manifestación? Y en Badajoz, con el Guadiana hecho unos zorros, con el nenúfar mejicano o camalote, al que nadie pone remedio. Pronto se debería inaugurar el quinto puente, que al parecer ya esta acabado. ¿Quién apaga la fogarera de este sin sentido y de esta desigualdad entre comunidades?
El domingo día 8 acudimos puntual y oportunamente a Villalba de los Barros al homenaje que se le tributó al poeta José Iglesias Benítez, que nos dejó en octubre, maldito Covid. Nos dimos cita amigos llegados de todos los lugares: Madrid, Badajoz, Cáceres, Mérida, la Coronada, Zalamea de la Serena, Peñalsordo, Valdecaballeros…
Primero un paseo literario por las calles y lugares donde Pepe se inspiró, se leyeron poemas suyos; luego se inauguró una placa en la casa natal del poeta, que descubrieron sus hermanos Antonia y Serafín, visiblemente emocionados. Luego en la Casa de la Cultura intervinieron autoridades, amigos de Santa Ana y gente de la cultura.
Al final del acto la cantante Reyes Rodríguez, acompañada a la guitarra por Miguel Caballero, interpretó una bella canción (‘Vuelve en la madrugada’) sobre un poema de Plácido Ramírez. Cerraron el acto María Ángeles, su viuda, y José María, su hijo, que tuvieron palabras de agradecimiento para los asistentes y organizadores, el Ayuntamiento y los amigos de Santa Ana.
Cuídense, sigan usando la mascarilla, y hagan caso de las normas establecidas, que algunos piensan que al estar vacunados tienen impunidad y derecho de pernada. Con este trino saludamos al amanecer de un nuevo día de agosto, y con este silencio largo nos ahorramos hasta las avemarías.
– ¡Llena otra vez, Josué, que nos vamos!
